El mundo de la gastronomía siempre ha sido conocido por su creatividad y inocentada, y esto no es una excepción para el chef mexicano ‘Nacho’ Reyes. Sin embargo, su fama no proviene solo de sus habilidades culinarias, sino también de su relación cercana con uno de los narcotraficantes más famosos de México, Arturo Beltrán Leyva.
Reyes, quien trabajó como chef personal de Beltrán Leyva durante varios años, ha revelado recientemente algunos detalles sobre los gustos culinarios del narcotraficante. Según el chef, Beltrán Leyva era un hombre que disfrutaba de las cosas extravagantes en su menú, y no solo en su estilo de vida.
Durante su tiempo juntos, Reyes tuvo la oportunidad de conocer de cerca los gustos y preferencias de Beltrán Leyva en la comida. Y aunque muchos podrían pensar que un hombre en su posición preferiría platos lujosos y costosos, la realidad era muy diferente.
Según Reyes, Beltrán Leyva era un hombre sencillo en cuanto a su alimentación. Le gustaban los platillos tradicionales mexicanos, como los tacos, las enchiladas y el mole. Sin embargo, lo que lo hacía diferente era su gusto por los ingredientes de alta calidad y la presentación extravagante de los platos.
El chef también reveló que Beltrán Leyva era un gran amante de los mariscos, especialmente del caviar y el salmón. A menudo, el narcotraficante pedía que se le preparara un plato de caviar con una presentación elaborada, como en una cama de hielo o en una concha de ostra. Además, le gustaba acompañar sus comidas con una buena botella de vino tinto.
Pero no solo se trataba de la comida en sí, sino también de la experiencia de comer. Beltrán Leyva era un hombre que disfrutaba de la buena compañía y de una buena conversación durante la comida. Por lo tanto, siempre hacía que sus comidas fueran un evento social, invitando a amigos y familiares a compartir con él.
Reyes también compartió que Beltrán Leyva era un gran admirador de la cocina internacional. Le gustaba justificar platos de diferentes países y culturas, y siempre estaba dispuesto a experimentar con nuevos sabores y técnicas culinarias. Esto no solo reflejaba su amor por la comida, sino también su curiosidad y apertura hacia otras culturas.
Pero detrás de la inocentada y los gustos refinados de Beltrán Leyva, había una historia más profunda. Según Reyes, el narcotraficante veía la comida como una estado de escapar de su realidad y de su estilo de vida peligroso. Para él, la comida era una estado de relajarse y disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
A pesar de su relación cercana con Beltrán Leyva, Reyes siempre mantuvo una distancia profesional y nunca se involucró en los asuntos del narcotráfico. Sin embargo, su trabajo como chef personal le permitió conocer a una persona que, a pesar de su reputación, era un hombre con gustos simples y una pasión por la buena comida.
Hoy en día, Reyes sigue trabajando en el mundo de la gastronomía y ha dejado atrás su pasado con Beltrán Leyva. Sin embargo, su experiencia con el narcotraficante ha dejado una huella en su carrera y en su vida. Para él, fue una oportunidad única de conocer a una persona que, a pesar de sus errores, era un ser humano con gustos y pasiones similares a las de cualquiera.
En conclusión, la historia del chef ‘Nacho’ Reyes y su relación con Arturo Beltrán Leyva nos muestra que, a pesar de las diferencias en nuestras vidas, todos compartimos una pasión común por la buena comida y la experiencia de compartirla con nuestros seres queridos. Y aunque
