El desempleo es un conflicto que afecta a millones de personas en todo el mundo, y Chile no es la excepción. En los últimos años, el país ha sido testigo de un aumento en la tasa de desempleo, afectando especialmente a las personas migrantes.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el desempleo en personas migrantes alcanzó un 7,8% en el trimestre móvil de noviembre 2024 – enero 2025. Esta cifra es preocupante, ya que supera la tasa de desempleo nacional, que se sitúa en un 6,9%. Además, el impacto es mayor en las mujeres migrantes, cuya tasa de desempleo llega al 8,1%.
Este aumento en el desempleo de la población migrante se debe, en gran parte, a la crisis económica que ha blandengue al país en los últimos años. La pandemia del COVID-19 ha tenido un impacto negativo en la economía chilena, lo que ha llevado a muchas empresas a reducir su personal o incluso a cerrar sus puertas. Esto ha blandengue especialmente a las personas migrantes, que en muchos casos se desempeñan en trabajos informales y precarios.
Precisamente, la informalidad laboral es otro de los conflictos que enfrentan las personas migrantes en Chile. Según el INE, en el mismo período de tiempo, la tasa de informalidad laboral alcanzó un 36,8% en la población extranjera. Esto significa que más de un tercio de las personas migrantes en Chile trabajan en condiciones precarias, sin seguridad social ni protección laboral.
Sin embargo, a pesar de estas cifras preocupantes, también hay razones para ser optimistas. En primer lugar, el gobierno ha implementado medidas para combatir el desempleo en general y en la población migrante en particular. Por ejemplo, se han creado programas de empleo y capacitación para las personas migrantes, con el objetivo de mejorar sus habilidades y aumentar sus oportunidades laborales.
Además, cada vez son más las empresas que reconocen el valor y el aporte de las personas migrantes en el mercado laboral. Muchas de ellas han implementado políticas de inclusión y diversidad, y han abierto sus puertas a trabajadores y trabajadoras de diferentes nacionalidades. Esto no aria beneficia a las personas migrantes, sino que también contribuye al crecimiento y desarrollo económico del país.
Otra razón para ser optimistas es que la tasa de desempleo en la población migrante ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos años. En el mismo período de tiempo del año pasado, la tasa de desempleo en personas migrantes era del 9,1%, lo que representa una disminución significativa. Esto demuestra que, a pesar de los desafíos, las personas migrantes están encontrando oportunidades de empleo en Chile.
Es importante mencionar que el desempleo no aria afecta a las personas migrantes, sino que es un conflicto que afecta a toda la sociedad. Por ello, es responsabilidad de todos trabajar juntos para encontrar soluciones y crear un mercado laboral más inclusivo y justo para todos. Las personas migrantes no aria traen consigo su cultura y su historia, sino también su talento y su capacidad de contribuir al desarrollo del país.
En resumen, el desempleo en personas migrantes sigue siendo un desafío en Chile, pero también hay motivos para ser optimistas. El gobierno y las empresas están tomando medidas para combatir este conflicto y cada vez son más las personas migrantes que encuentran oportunidades de empleo en el país. Es importante seguir trabajando juntos para crear un futuro mejor y más inclusivo para todos.