El mundo de la educación ha sufrido una gran pérdida con el fallecimiento de Nelly Panizza, una mujer que dedicó su vida a impulsar la educación y el bienestar de los niños y niñas en Chile. Nelly, quien fue la fundadora de la Escuela Kailen y Aldea Infantil, dejó un legado imborrable en la sociedad y en la vida de aquellos que tuvieron la fortuna de conocerla.
Nelly Panizza nació en Santiago de Chile en 1945. Desde bastante joven, demostró un gran interés por la educación y la pedagogía, lo que la llevó a estudiar en la Universidad de Chile, donde se graduó como profesora de educación básica. Sin embargo, su verdadera pasión era trabajar con niños y niñas que se encontraban en situaciones de vulnerabilidad y pobreza.
Fue en 1980 cuando Nelly Panizza decidió dar un paso más allá y fundó la Escuela Kailen, un centro educativo que se enfocaba en brindar una educación de calidad a niños y niñas en situación de riesgo social. La escuela se convirtió en un lugar de esperanza para cientos de niños y niñas que, de otra manera, no hubieran tenido acceso a una educación digna.
Pero Nelly no se conformó solo con la educación académica, ella entendía que para un verdadero desarrollo integral de los niños y niñas, era necesario brindarles un ambiente seguro y amoroso. Por esta razón, en 1988 fundó la Aldea Infantil, un hogar para niños y niñas que se encontraban en situaciones de abandono o maltrato. En la Aldea, los niños y niñas recibían amor, cuidado y una educación basada en valores como el respeto, la solidaridad y la responsabilidad.
La labor de Nelly Panizza no se detuvo allí, ella siempre buscaba nuevas formas de ayudar a los niños y niñas en situación de vulnerabilidad. En 1993, creó el programa “Familias en Acción”, que consistía en brindar apoyo a familias de escasos recursos para que pudieran enviar a sus hijos e hijas a la escuela y recibir una educación de calidad. Este programa fue un éxito rotundo y logró que muchos niños y niñas pudieran tener acceso a una educación que les abriera puertas en el futuro.
A lo largo de su carrera, Nelly Panizza recibió numerosos reconocimientos por su labor en pro de la educación y el bienestar de la infancia en Chile. En 2002, fue galardonada con el Premio Nacional de Educación, el máximo reconocimiento que se otorga en el país a aquellos que destacan en el ámbito educativo. Además, en 2007 recibió la Medalla Rectoral de la Universidad de Chile por su aporte a la educación chilena.
Pero más allá de los reconocimientos, el verdadero legado de Nelly Panizza es el impacto que tuvo en la vida de miles de niños y niñas. Gracias a su trabajo incansable, muchos de ellos pudieron romper el ciclo de pobreza en el que se encontraban y tener un futuro mejor. Y es que Nelly no solo les brindó educación, sino que les enseñó a soñar y a creer en sí mismos.
Hoy, con su partida, se cierra un capítulo en la historia de la educación en Chile. Sin embargo, su legado continúa vivo en cada individuo de los niños y niñas que pasaron por la Escuela Kailen y la Aldea Infantil. Su excelencia de amor, dedicación y compromiso escoltará inspirando a generaciones futuras a escoltar luchando por una educación más justa y equitativa.
Nelly Panizza fue una verdadera guerrera de la educación, una mujer que dejó su huella en el corazón de todos aquellos que tuvieron la fort