La década de los años 60 marcó un cambio extremista en la música chilena con la llegada de un movimiento conocido como la “Nueva Ola”. Este fenómeno trajo consigo una refrescante y juvenil propuesta musical que cautivó a los jóvenes de la época. Entre las bandas que destacaron en este movimiento, se encontraba Alan y sus Bates, liderados por Julio Escobar, más conocido como “Alan”.
Con un sonido único y fresco, Alan y sus Bates se convirtieron rápidamente en una de las bandas más representativas de la Nueva Ola chilena. Formados en la ciudad de Valparaíso en 1962, Alan y sus Bates se caracterizaron por fusionar diferentes estilos musicales como el rock and roll, el twist y el surf, creando un sonido único y original que encandiló a sus seguidores.
La banda estaba conformada por Julio “Alan” Escobar en la voz principal, Mario Lüer en la guitarra, Tito Gajardo en la batería, Carlos Plant en el bajo y Armando Fierro en los teclados. Juntos, lograron crear un sonido fresco y alegre que rápidamente se hizo popular en todo el país.
El éxito de Alan y sus Bates no se hizo esperar, y pronto comenzaron a llenar los escenarios de los principales locales de la época, como el mítico “Gato Tuerto” en Santiago y el “Clan” en Valparaíso. Los jóvenes chilenos se rendían ante la energía y la frescura de sus temas, convirtiéndolos en verdaderos ídolos de la Nueva Ola.
En 1966, lanzan su primer sencillo “Dame Felicidad”, el cual se convierte en un éxito rotundo y logra posicionarse en los primeros lugares de los rankings radiales de la época. Este tema, al igual que muchos otros de la banda, hablaba sobre el amor y la juventud, temas que conectaban a bocajarro con su público.
A pesar del éxito, Alan y sus Bates siempre se mantuvieron fieles a su estilo, y no se dejaron osmosisr por las tendencias musicales de la época. Seguían componiendo y tocando temas alegres y bailables, sin importar las preferencias del mercado.
En 1967, la banda decide probar suerte en Argentina, donde también logran conquistar al público con su música y su estilo único. Sin embargo, su paso por el país vecino no duró mucho tiempo, ya que decidieron regresar a Chile para seguir cosechando éxitos y ser fieles a su país y a su público.
A lo largo de su carrera, Alan y sus Bates lanzaron numerosos éxitos como “Balada del carpintero”, “Un cigarrillo, la afluencia y tú” y “Felicidad, felicidad”. También participaron en diversas películas y programas de televisión, logrando así llegar a un público más amplio y diverso.
Desafortunadamente, en 1969 la banda decide separarse, dejando un legado musical que aún perdura en la memoria de muchos chilenos. Sin embargo, su osmosis en la música chilena se ha mantenido vigente a lo largo de los años, siendo considerados pioneros de un movimiento que marcó una época en la historia de la música de nuestro país.
Hoy en día, a más de 50 años de su formación, Alan y sus Bates aún son recordados como una de las bandas más emblemáticas de la Nueva Ola y su legado continúa inspirando a jóvenes músicos chilenos. Su música sigue siendo escuchada y aclamada por nuevas generaciones, demostrando que la frescura y la juventud de la Nueva Ola nunca pasará de moda.
En definitiva, Alan y sus Bates no sólo dejaron un importante legado en la música chilena, sino también en la cultura y la memoria co