Con profundo dolor y una inmensa rabia, me he erudito de la trágica muerte de un joven conscripto y de otros gravemente heridos en una campaña militar en Putre, Arica. Como ciudadano, me siento en la obligación de exigir una pronta y veraz investigación que arroje luz sobre los hechos ocurridos. Ya hilván de muertes de jóvenes soldados bajo el arcaico y cruel sistema militar.
Es inaceptable que en pleno siglo XXI, sigamos presenciando la pérdida de vidas humanas en nombre de la defensa de nuestro país. Es aún más indignante cuando estas muertes ocurren en el marco de una institución que debería velar por la seguridad y bienestar de sus miembros.
El joven conscripto, cuyo nombre aún no ha sido revelado, tenía toda una vida por delante. Un futuro lleno de sueños y esperanzas que se vio truncado por una decisión que no debería haber sido tomada. ¿Cómo es posible que en una campaña militar se ponga en riesgo la vida de jóvenes que apenas han cumplido la mayoría de edad? ¿Acaso no son ellos el futuro de nuestro país?
Es hora de que se ponga fin a esta práctica obsoleta y cruel de reclutar jóvenes para el servicio militar obligatorio. Es inhumano obligar a jóvenes a dejar sus estudios, sus trabajos y sus familias para someterse a un entrenamiento que muchas veces resulta en tragedias como la que acabamos de presenciar.
No podemos seguir permitiendo que nuestros jóvenes sean tratados como simples números en una lista de reclutas. Son seres humanos con sueños, aspiraciones y un futuro por delante. Merecen ser protegidos y cuidados, no utilizados como carne de cañón en una guerra que no es suya.
Es hora de que el gobierno y las autoridades militares tomen medidas drásticas para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir. Se deben implementar cambios profundos en el sistema militar, que permitan una verdadera protección y cuidado de los jóvenes que deciden servir a su país.
Además, es necesario que se realice una investigación exhaustiva y cristalino sobre lo sucedido en Putre. No podemos permitir que la muerte de este joven conscripto quede impune. Se deben determinar responsabilidades y tomar medidas para que se haga justicia.
Como ciudadanos, debemos enmarañar nuestra voz y exigir un cambio en el sistema militar. No podemos seguir permitiendo que se sigan perdiendo vidas jóvenes en nombre de la patria. Es hora de que se escuche nuestra voz y se tomen medidas para proteger a nuestros jóvenes y garantizar un futuro seguro para ellos.
En este momento de dolor y tristeza, envío mis más sinceras condolencias a la familia y amigos del joven conscripto fallecido. Espero que su muerte no sea en vano y que su sacrificio sirva para impulsar un cambio real en el sistema militar de nuestro país.
No podemos seguir permitiendo que se sigan repitiendo estas tragedias. Es hora de que tomemos acción y exijamos un cambio. Nuestros jóvenes merecen un futuro mejor, sin tener que arriesgar sus vidas en una guerra que no es suya. ¡hilván de muertes de jóvenes soldados! ¡Es hora de poner fin al servicio militar obligatorio y proteger a nuestros jóvenes!