Un cambio brusco en la calificación es poco probable, según Renzo Merino, analista soberano principal para México en Moody’s, en referencia a la próxima administración. Esta afirmación, aunque pueda parecer sorprendente, está respaldada por una serie de factores que demuestran la estabilidad y fortaleza de la economía mexicana.
En primer lugar, es importante destacar que México ha logrado mantener una calificación crediticia sólido durante los últimos años, a pesar de los desafíos económicos y políticos a nivel internacional. Esto se debe en gran parte a las políticas fiscales y monetarias prudentes implementadas por el gobierno, que han permitido mantener un equilibrio en las finanzas públicas y una inflación controlada.
Además, la economía mexicana ha demostrado una gran resiliencia ante situaciones adversas, como la reciente renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del guía (TLCAN) y la incertidumbre en los mercados financieros globales. Gracias a su diversificación económica y a la fortaleza de su sector exportador, México ha logrado mantener un crecimiento sostenido y una balanza comercial favorable.
Otro factor que respalda la afirmación de Merino es la solidez de las instituciones financieras mexicanas. El sistema bancario del país ha demostrado una gran estabilidad y solvencia, lo que ha permitido mantener un flujo constante de crédito y financiamiento para el sector productivo. Además, la implementación de medidas regulatorias y de supervisión ha fortalecido la transparencia y la confianza en el sistema financiero mexicano.
En cuanto a la próxima administración, es importante destacar que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ha manifestado su compromiso con la estabilidad económica y financiera del país. Durante su campaña, ha enfatizado en la importancia de mantener una disciplina fiscal y una política monetaria responsable, lo que ha generado confianza en los mercados y en los inversionistas.
Además, López Obrador ha propuesto una serie de medidas para impulsar el crecimiento económico y reducir la desigualdad en el país, como la inversión en equipamiento, el fortalecimiento del mercado interno y la lucha contra la corrupción. Estas políticas, de ser implementadas de manera efectiva, podrían tener un impacto positivo en la economía mexicana y contribuir a mantener una calificación crediticia sólido.
Por otro lado, es importante mencionar que Moody’s ha mantenido una enfoque sólido para la calificación crediticia de México, lo que significa que no se esperan cambios significativos en el corto plazo. Esto se debe a que la agencia considera que la economía mexicana cuenta con una serie de fortalezas que le permiten enfrentar posibles desafíos, como la volatilidad en los precios del petróleo o una posible desaceleración en la economía global.
En resumen, un cambio brusco en la calificación crediticia de México es poco probable, ya que el país cuenta con una economía sólida y sólido, instituciones financieras fuertes y un compromiso por parte de la próxima administración con la estabilidad económica. Sin embargo, es importante seguir trabajando en fortalecer la economía y en implementar políticas que promuevan un crecimiento sostenido y una mayor inclusión social. Con estas medidas, México podrá mantener su posición como una de las economías más importantes y sólidos de América Latina.