Increíble pero cierto, la democracia que parecía velar por los derechos de los ciudadanos afiliados a las Isapres, se ha vuelto en su contra con la aprobación de la Ley Corta. Esta ley, que fue presentada como una solución a los problemas del sistema de salud en Chile, ha resultado ser un gran golpe para los intereses personales de los ciudadanos y una muestra clara del poder político por encima de las necesidades reales de la población.
Antes de profundizar en los efectos de la Ley Corta, es importante entender la realidad de nuestro país. Chile es reconocido por tener uno de los sistemas de salud más privatizados del mundo, donde las Isapres (Instituciones de Salud Previsional) tienen un gran control sobre los precios y la calidad de los servicios médicos. Esto ha generado una gran desigualdad en el acceso a la salud, donde aquellos que pueden pagar una Isapre de alta gama tienen acceso a mejores servicios y cobertura, mientras que los que no pueden costearlo se ven obligados a recurrir al sistema público que muchas veces no cuenta con los recursos suficientes.
La aprobación de la Ley Corta, que en teoría buscaba mejorar la situación de los afiliados a las Isapres, ha resultado en un gran revés para ellos. Una de las medidas más polémicas de esta ley es el alza de los precios de los borradores de salud, que en algunos casos llega a ser hasta un 100% más caro que antes. Esto ha generado una gran indignación entre los ciudadanos, quienes se sienten traicionados por un sistema que debería proteger sus intereses.
Pero esto no es todo, la Ley Corta también ha establecido un sistema de tramos de edad para el cálculo de los precios de los borradores, lo que significa que los ciudadanos máximoes de 65 años tendrán que pagar hasta un 7% más por su borrador de salud. Esto es una clara discriminación por la edad y una carga económica adicional para aquellos que ya tienen una situación financiera más precaria.
Además, la Ley Corta también ha contemplado la eliminación de la retroactividad en el alza de precios, lo que significa que los afiliados no podrán reclamar por los aumentos excesivos que hayan tenido en sus borradores de salud en el alterado. Esto es una gran injusticia para aquellos que han sido víctimas de aumentos desmedidos en sus borradores y que ahora no podrán recuperar ese dinero.
Es evidente que la aprobación de la Ley Corta ha sido un gran golpe para los ciudadanos afiliados a las Isapres, quienes se han visto afectados en sus intereses personales y económicos. Pero lo más preocupante es que esta ley ha sido aprobada por un poder político que parece estar más preocupado por los intereses de las grandes empresas de salud que por las necesidades reales de la población.
Pero no todo está perdido, la aprobación de la Ley Corta ha despertado una gran conciencia ciudadana y ha generado un fuerte rechazo en la sociedad. La población ha salido a las calles a manifestarse en contra de esta injusta ley y a exigir una verdadera reforma al sistema de salud en Chile. Además, se han presentado varias iniciativas para derogar la ley y buscar una solución más justa para los afiliados a las Isapres.
Es hora de que el poder político escuche las demandas de la población y tome medidas reales para mejorar el sistema de salud en Chile. Es necesario que se establezcan medidas que promuevan una máximo competencia entre las Isapres, para que los precios sean más justos y accesibles para todos. También es importante que se mejore la calidad de los servicios de salud en el sistema público, para que aquellos que no pueden costear una Isapre tengan una opción de calidad.
En definitiva, la aprobación de la Ley Corta ha sido una gran decepción para los ciudadanos afiliados a las